¡Atención!

Coria NO se hace responsable por daños morales, psicológicos o físicos (golpeadores pagados) que puedan provocar los textos. Cualquier similitud con algún hecho de la vida real, es pura coincidencia.
Ley N° 12786

viernes, 18 de abril de 2008

Tips para ser “EL SOBERBIO MAS GUACHIN” de la clase.

Que “vos sos un boludo”, que “siempre querés tener razón”... Basta de molestias. He aquí las instrucciones y las frases para ser “EL SOBERBIO” grosso, que “se las sabe todas”, que cancherea, y que, en otras palabras, “intenta” parecerse a mí. Obviamente, sin éxito.
· El soberbio de hoy en día camina con las manos en los bolsillos. ¿Por qué? Qué sé yo, queda bien, por eso caminamos así. Así que, te quiero ver con las manos ahí. En los bolsillos, no “AHÍ”, gil.
· Casi siempre anda arremangado. Así haga un frío de regarcarse, las remeras manga larga arremangadas. Esto denota una “hombría”, pues, “¿qué carajo me importa el frío?”.
· Cagarte en todo.
· Analizar las cosas desde un punto crítico, y tratar de buscar soluciones concretas ante problemas.
· Escribir textos como los míos... bueh, por más que los míos sean los mejores, intentar escribir, para demostrar las cualidades intelectuales y lingüísticas del sujeto en cuestión.
· Ridiculizar a la gente con las frases que pronunció en un diálogo.
· Estar en contra de la moda del momento, porque eso demuestra la personalidad, y hacerlo notar.
· Dar órdenes, y exigir que se cumplan.

Y acá, algunas frases...:

· “No sé si yo tengo que definir la ‘grandeza’, o la grandeza a mí”.
· “Yo soy como la Biblia: a mí me tienen que interpretar”.
· “Soy como la Biblia... salvo que sin mentiras ni dioses... ah, sí, yo”.
· “¡Qué olor a Divinidad! Ah, es que entré yo...”.
· “No te comparás conmigo, ni cerca”.
· “Vas a crear un nuevo concepto de idiotez después de lo que acabás de decir”.
· “Si te digo ‘burro’, probablemente ofenda al burro...”.
· “¿Me estás jodiendo?”.
· “Si querés que alguien haga algo que no podés, sólo me lo tenés que decir a mí...”
· “¡Buen día, paganos!”.
· “Uhhh, apurate porque tengo que hacer algunas creaciones...”.
· “¡Ay, ay, todo yo...!”
· “Soy hermoso, y me amás”.
· “Si me llego a suicidar, raro porque tengo mucho por qué vivir, seguro llorás”.
· “Tirame de nuevo con algo así y me veo obligado a matar a tu familia”.
· “Yo no uso la violencia física: te mato con mi boca”.
· “Se tienen que aliar para poder contra mí... y ni así pueden”.
· “¿Desde cuándo te creés mejor que yo?” – De Robert de Niro.
· “Estás subestimando mi inteligencia, y eso me jode”. – De Al Pacino.
· “¿Qué te copiás de mí?”
· “Me cansé de decírtelo: basta... es al pedo, nunca vas a poder conmigo”.
· “Yo no me arrepiento”.
· “Ya vas a venir, arrastrándote...”.“Si fueras un tercio de lo grosso que soy yo, probablemente, te admiraría”.

martes, 15 de abril de 2008

En definitiva... ¿Qué “sapa”?

Yo soy el más garca del mundo, lo sé. También sé que hago llorar a las personas. Sí, sí, lo sé. Encima soy “individualista”, ajá. Además, me cago en todo... Sí. También sé que el único gil que quiso organizar una junta para debatir sobre el viaje a “Barilúúúú” fui yo. De todos modos, también fui el que puso los $6 cuando todos fuimos acusados de “ladrones y malos compañeros”, por cierta institución (¿o debería decir empresa?) Bueh, es mi blog y pongo lo que se me cantan los cantos), o, mejor dicho, cierta empresa que me viene ROBANDO la plata... porque así como tengo la cuota escolar al día, quiero tener mis exigencias al día. El calor me acecha, y el frío también. Es el úinico lugar del mundo donde siempre el clima antonima la realidad exterior, creo. Por lo menos, donde yo transito. Bueno, en fin, se me acusó junto a mis compañeros de ladrones. ¿Por qué (“cuánto”)? Por $6 de mierda. Claro, ahora se llama “individualista” al que no quiere garpar algo que no debería garpar. Menos individualista es seguro aquélla persona que cuenta lo que le “desapareció” a alguien que sabe que va a informarlo a los directivos, por ejemplo, una preceptora. No me gustan esas cosas. Sobretodo, cuando vivimos en una sociedad tan despreocupada por todo. Es decir, ¿en la cabeza de quién entra involucrar a veintitantos compañeros (amigos, en definitiva) por algo que tal vez perdí yo? Obviamente, desde mi forma de ser, jamás lo haría. Pero claro, yo estoy salvado porque “lo único que hice fue comentarlo con la preceptora”. Por supuesto, NADIE sabía que iban a venir a putearnos al resto. ¡Además! Además, señoras y señores, nos dieron un lapso de 30 minutos para solucionar la situación... (Desde que lo solicitó la preceptora hasta que vino la directora) Pero claro, ahora resulta que Coria es lo peor que le sucedió al mundo porque dice lo que jodidamente piensa. O bueno, ya desde hace rato tengo esa ¿“fama”? Algunos me odian, otros me ignoran, a algunos les interesa lo que digo. No lo sé, pero lo que digo, está pensado seriamente. No acuso a la gente de “individualista” porque sí. Obvio, recibimos otros infelices y yo las acusaciones de todo el entorno... porque, ¿a quién se le va a ocurrir acusar a sus amigas de la vida? En fin, siempre soy yo el que tiene que hablar por todos... por supuesto, porque siempre están esos que piensan igual que yo, y pareciera que esperan a que mi boca diga las cosas que no se animan ellos a decir por miedo a que la “suciedad” acabe con ellos... Pero bueno, me acusan de soberbio y lo único que hacen al no pensar es hacerme más y más grande. "No pensar" porque no lo hacen. Defienden por defender... o por ponerse en contra de la minoría. También están esos “pseudo-humanistas”, que les gusta figurar y sacar chapa de “pero pensá... ¿quién te dice que...?”, y payasadas así. No sé para quién, porque realmente nadie les dá bola. El único parezco yo, pero bueno... sin ellos, no existo yo, realmente. Cuestión que problema solucionado, e igual se genera quilombo. Ah, y me olvido... a todos les gusta mi ironía, pero cuando afecta a alguien que medianamente quieren, ya soy, no sé, el Diablo. Pará, a ver... pero hay veces que hago jodas a mis amigos... ¿y entonces? ¿Supongo que mis amigos no se quieren entre sí? ¿O que “de acuerdo a cómo me conviene, actúo”? Ah, eso no lo sé, amigos... eso que decida quién ahora actúa como “mi resto”, o sea, mis maravillosos y dedicados lectores. Y no estoy chupando medias, pero... ¿quién quiere leer algo que escribieron estas crueles y afiladas manos? Hay que tener valor para eso. Repito: soy el más garca, hago llorar a las personas, soy individualista y que me cago en todo. ¿Las lágrimas no se deberán acaso a tener que aceptar una realidad que antes no contemplaba? Jamás lo sabré. Si así lo es, prepárense para la humillación que le van a proporcionar sus órganos.
Para terminar, aunque lo festejen tal vez y yo lo lamente, quería decir que no voy a pedir disculpas por nada. Principalmente porque no me interesan esas cosas de “todos tenemos que estar bien”, no, nada de eso. Esas cosas me interesan cuando son reales, no cuando son ficticias, y para una cámara aún más ficticia. No me cabe tampoco que se inviten a mi casa, y sin embargo, lo soporto; cambiando un poco de tema. A mí me gusta invitar a mis amigos (o que ellos tiren la idea), y a mis enemigos también, pero con una invitación y mis ganas. No me gusta que invadan mi cerebro con ideas absurdas, y planes estúpidos que jamás prosperan gracias a la “BUENA PREDISPOSICIÓN” de quién se invita, y no necesariamente hablando de mi casa, ehh... cualquier cosa que tenga que ver con amistad, digo. Por eso me enojo, básicamente, y también por eso escribo. Así que, en parte, les agradezco... como así también les pido que piensen un poco lo que dicen, algunas veces sin saber, antes de hacerlo. Porque cuando la gente lo hace, me enoja. Y más cuando desean tener razón sin “saber”, literalmente. Yo no sé si me las sé todas, muy probablemente no, pero creo que acá se acusa mucho, y nadie recibe los balazos más que yo y quién se alíe parcialmente a mí, aunque, obviamente, en menor medida por ser yo el “caudillo”. También me molesta cuando se falta el respeto. La mayor forma de faltar el respeto es subestimando mi inteligencia y mi persona. Por supuesto, no se te ocurra tampoco hacerte la víctima; pues, a mí entender, también es faltar el respeto. No puedo pretender ser respetado y que me traten bien cuando no puedo brindarle lo mismo al resto. Es hipócrita. Sé que cometí equivocaciones en mi vida, y no me arrepiento de ellas. Si las hice, fue por seguir mis convicciones. Tal vez sí me arrepiento de los resultados, pero yo, Nicolás Coria Nogueira I, pongo por sobre todas las cosas a mis convicciones. No me gusta simular para obetener pelotudeces falsas. Ese no soy yo.

Gracias por leer.

P.D: No dije nombres, así que estoy SALVADO.

Coria.